sábado, 17 de julio de 2010

Receta para vivir 100 años

Maitena

viernes, 9 de julio de 2010

Estar presente



"Escucha y serás sabio: el comienzo de la sabiduría es el silencio" (Pitágoras)

El conocimiento de nosotros mismos comienza en el silencio. En el silencio interior. Dejar de lado las cien mil cosas que nos interrumpen, que provienen del interior y del exterior, y escucharnos. Estar presente cada segundo de vida para poder saber cómo estamos y qué es lo que necesitamos.
Observarnos por dentro, como está nuestro cuerpo y nuestra mente, ¿tenemos tensiones? ¿Cómo respiramos? ¿Nuestra respiración es entrecortada y poco profunda? ¿Cómo reaccionamos en cada una de las experiencias de nuestra vida? ¿Qué pasa en nuestro cuerpo y nuestra mente cuando nos comemos una fruta, por ejemplo? ¿La has saboreado alguna vez con todos los sentidos? Prueba…
Esto es algo que podemos hacer siempre, hagamos lo que hagamos, en el trabajo, en casa, en una conversación, enfadados, contentos, con los amigos, con tu pareja…, sólo tenemos que mirar hacia adentro para descubrir cosas nuevas sobre nosotros cada día, a la vez que nos vamos conociendo mejor. Parar unos segundos y observarnos.

martes, 6 de julio de 2010

El tabú de la muerte en el entorno familiar de los niños

Inteligencia Emocional


En el mundo mueren 105 personas cada minuto… ¡Cuánto dolor! Y mayor es el dolor cuanto menor sea la apertura a esta experiencia. Hoy la muerte es el gran tabú de nuestro mundo. ¡No sabemos ni siquiera cómo enfocar el tema! Y la realidad es que si profundizáramos aunque sólo fuera un poquitín más en esta realidad, multiplicaríamos la intensidad de nuestra vida y la de los niños.

Afrontar la muerte para incorporarla a nuestra vida nos hace vivir con más intensidad, con más sensibilidad, con más belleza… qué curioso ¿no? La muerte da valor a la vida, a lo que hacemos, a lo que somos… invita al amor. Y nosotros nos empeñamos en evitar esta sensación, para nosotros adultos y más aún para nuestros hijos creyendo protegerles.
Los niños de entre 3 y 9 años viven la muerte como la viven sus padres. Unos padres bloqueados por la muerte, dejarán en sus hijos esa huella, aunque no hablen de ello. Los niños lo aprenden como por ósmosis. Este contexto debería revisarse, por la salud de todos. Pero en cualquier caso, cuando un niño pregunta acerca de la muerte, cuando saca el tema, cuando un día hablando del abuelito pregunta si no lo va a volver a ver hay que darles una respuesta sincera, la que nosotros creamos verdadera (si sienten que no se les dice la verdad, se asustarán y se imaginarán lo peor). No debemos adelantarnos en el ofrecimiento de datos, pero tampoco negarle información -desde su óptica, no desde la del adulto-. Lo que ocurre es que a menudo en este contexto hay un desfase: que el niño pregunta y que el adulto aún no tiene clara su postura frente a la muerte… y frente a la vida.


Se puede recurrir al extravío de un peluche o de un juguete para cultivar actitudes para una vida más consciente (imagen: usuario de Flickr)

Dice el profesor de educación Agustín de la Herrán: “la cultura que no valora la muerte, no valora la vida (…) y el tabú que envuelve este tema se refleja ineludiblemente en la educación como si así estuviéramos protegiendo a los niños/as cuando lo que realmente estamos haciendo es impedir que se vayan enfrentando “a pequeñas dosis” a las situaciones difíciles o críticas por las Se puede recurrir al extravío de un peluche o de un juguete para cultivar actitudes para una vida más consciente que, ineludiblemente, todos pasamos más tarde o más temprano. Llevar esto a la educación no es nada más que facilitar el espacio para que los alumnos expresen en momentos de sufrimiento, dolor o fracaso”.
Este puede ser un buen momento para retomar la tarea.

P.D. Cinco apoyos para hablar de la muerte con los niños:
En la vida cotidiana pueden darse (o provocarse) situaciones que ayuden a ir cultivando actitudes para una vida (y una muerte) más consciente (hay quien dice que uno muere como vive…). Ponemos aquí unos ejemplos prácticos.
-Ciclos vitales a partir de semillas: cultivar con ayuda del niño una planta de temporada, explicitando sus ciclos vitales.
-Pérdidas parciales: el extravío de un peluche, un juguete, cambio de casa en los mayores…
-El paso del tiempo: visitar unas ruinas o un yacimiento arqueológico…
-El cine: ver juntos El rey león reforzando que en la película se ofrece la confianza como un desenlace (tras desarrollar la independencia y la búsqueda de la felicidad, entre otros)
-Experimentos: quien crea en la vida después de la muerte, puede utilizar el agua/cubitos de hielo/agua para hablar del cambio de estado sin perder la esencia.


Autora: Paloma Rosado


lunes, 5 de julio de 2010

El poder curativo del dolor

SER REAL/BEING REAL

El dolor, a veces, tiene poder curativo. Para los expertos, puede ser una experiencia transformadora; hay que conectarse con la tristeza.
El dolor causa problemas físicos, emocionales y espirituales. Pero intentar evitarlo trae consecuencias en el largo plazo.
Con la amenaza constante del borrón, la negación, el ocultamiento y los malentendidos, el duelo resiste, firme, en un mundo donde cuesta animarse a trabajar con el propio sufrimiento yentender que la pérdida es mayor cuando no se nombra. El proceso que se inicia con la muerte de un ser querido constituye el cable de conexión más directo con la propia finitud. El duelo no es una enfermedad, pero duele hasta las entrañas. Cíclico -algunos días se está bien, otros mal-, resulta más tolerable cuando se comparte con pares o con seres queridos.
Hijos que pierden a sus padres, mujeres a sus esposos, maridos a sus mujeres, padres a sus bebes, chicos a sus compañeros de escuela... El duelo es diferente en cada caso, peroel ser humano siempre deberá lidiar -según explican las licenciadas Silvia Alper y Diana Liberman, del Centro Especializado en Terapia de Pérdidas (Cetepe), miembro de la Association for Death Education and Counseling (Adec)- con esta idea: "La muerte se lleva lo que no hubo, porque la historia que construimos con la persona que físicamente ya no está siempre queda."

Sueños robados

En un mundo que corre, tapa, reemplaza (se murió el perrito, compremos otro), las frases hechas están a la orden del día: El tiempo cura todo ; Que los chicos no te vean ; Mi abuelito me mira desde el cielo; Mi papá se fue de viaje; Y bueno, vivió mucho y bien, ¿qué más se podía esperar? Sin embargo, "el tiempo cura las heridas, si en ese lapso una persona trabaja para recuperarse; los chicos deben saber que un adulto sufre por el dolor de una pérdida; hay que tener cuidado con las respuestas como la relacionada con el abuelito y el cielo porque esa mirada puede convertirse en persecutoria; lomismo con la idea del viaje, porque un niño puede estar pendiente del regreso -dicen las psicólogas-. Además, la muerte siempre duele, y no sirve pensar que un ser querido ha vivido muchos años para consolarse". Sea cual fuere la causa de la desaparición, el dolor de los vivos "nunca cede si se lo niega".
Por definición, el duelo es "un proceso psicológico normal que se pone en marcha frente a una pérdida, entendiendo ésta no sólo como la muerte de un ser querido, sino como la rupturade un equilibrio que se produce ante la desaparición de un vínculo, una situación o un objeto que nos fortalece y que amamos".
Esta nueva situación crea "una sensación de caos. Causa malestar físico (dolor abdominal, de cabeza, opresión en el pecho), cognitivo, emocional y espiritual. Nos roba los sueños.Lo que creíamos ayer, hoy no se sostiene. Mientras el mundo externo sigue, el propio se detiene", describe Alper.
Pero lo que no debe detenerse es la tristeza, el enojo, la ansiedad que provoca la pérdida: "Llorar es bueno, y la ansiedad mal manejada se enquista. Un 30% de los duelos no resueltos termina en ataques de pánico", dice Alper.
¿Qué significa resolver? El camino del duelo tiene etapas: "En la primera, se trata de aceptar la pérdida: el otro ya no está físicamente. Luego, aparecen diferentes emociones:bronca, impotencia, ansiedad y miedo -relata Liberman, que con su colega trabaja con grupos de personas en duelo-. En una tercera etapa, se piensa en cómo hacer las cosas que hacía la persona que ya no está (por ejemplo, las tareas que tenía asignadas en la pareja) y, si se logra, su autoestima crece.
La última etapa es la de la aceptación de que el otro no va a volver. Aparece la posibilidad de colocarlo en un lugar interno y de hacer proyectos con la vida y los vivos".

Los chicos quieren saber

El duelo puede tornarse complicado cuando, al cabo de un año o un año y medio, las personas no logran construir un mundo propio ni dejar de referirse a la persona que ya no está con ese dolor inconsolable que se siente cuando la muerte recién ha acontecido:"La resolución del duelo no tiene que ver con despedirse, sino conmodificar la relación con el otro encontrando para él un espacio en el corazón -aclaran las psicólogas-. El duelo es complicado cuando la muerte no se acepta y la vida se vive como si el otro continuara vivo".
Con respecto a los niños, "hay que decirles una verdad que puedan escuchar. No es bueno evitar el tema ni llenarlo con ideas como la del viaje, que nada tienen que ver con la realidad".El problema es que, en nuestra cultura, "no hay un acercamiento al tema de la muerte desde la escuela. Ni padres ni maestros saben cómo explicarlo y muchos chicos presentan síntomas que luego desembocan en enfermedades o accidentes porque los mayores tratan de esfumar el dolor pensando que así los benefician".
Ciertos rituales ayudan a sobrellevar el duelo: "Tres chicos de una escuela fallecieron en un accidente. Trabajamos con sus compañeros y decidimos plantar un roble, como homenaje; también armamosuna caja en la que se guardaron recuerdos", cuenta Liberman. Tener a mano una foto con la imagen de la persona que ya no está, y dirigirse a ella con la mirada o la palabra es otro de los rituales que pueden proporcionar alivio.
"Hay que escapar de dos mandatos sociales: la presión para descartar el sufrimiento (mensaje que suelen recibir los deudos), y la propuesta casi maníaca de tener que salir y divertirse porque, al fin y al cabo, La vida es tan corta.. ."
Dijo Sigmund Freud a comienzos del siglo pasado: "La única manera de olvidar es recordar". En otras palabras: la única manera de salir del duelo es entrando en él.

Enfrentar la pérdida

Silvia Alper: "El dolor es tan natural como el amor. Pero nos enseñan a evitarlo, y eso va en contra de la resolución del duelo."

Diana Liberman: "El tiempo cura el dolor si las personas trabajan para recuperarse. Y un duelo es complicado cuando se estanca."

Cómo ayudar a una persona en duelo:

- No consolarla comparando su pena con otras peores, porque la suya es única e intransferible.
- Tolerar su enojo y permitirle llorar.
- No pedirle que olvide. Las personas no deben olvidar, sino encontrar una manera de recordar en paz.
- Respetar que, por un tiempo, no pueda compartir momentos divertidos.
- Evitar decirle: Fue lo mejor que podía pasar , Sé cómo te sentís u Olvidate y sigue adelante .
- Sólo hay que preguntarle cómo se siente hoy.
- Ofrecerle una colaboración específica, como la realización de un quehacer del hogar.
- Abrazarla, tocarla y decirle que se la podrá acompañar en el camino árido del duelo.

Por Valeria Shapira
De la Redacción de LA NACION