martes, 11 de septiembre de 2012

La vuelta al "cole"

Mucho se habla siempre en septiembre sobre la vuelta al "cole", es decir, la vuelta a la rutina y cómo hay que tomárselo de manera positiva ¡es lo que hay!

A mi los septiembres siempre me han sentado muy mal, ya la última semana de agosto empiezo a notar una pequeña molestia en la boca del estómago. Al principio es algo pequeñito, pero poco a poco y según van avanzando los días se hace más y más grande hasta que la primera semana de septiembre casi no me deja respirar. Se pone ahí  y no se larga hasta que llegan las siguientes vacaciones. Eso sí, me voy acostumbrando y parece que se ha ido, pero no, en los momentos de máximo estrés se hace notar de nuevo. Así que a veces siento que se me ha quedado encajada una manzana entera dentro de la boca del estómago.

Sé que es algo muy común, si no es en la boca del estómago es en el estómago mismo, en la garganta...cada un@ lo vive a su manera. Pero el "problema de much@s" no me hace sentir más cómoda con esa bola ahí dentro. He vivido siempre con ganas de gritarle al médico "¡Quítamelo, quítamelo!!!". Mi estado es de una continua sensación de querer huir de lo que pasa en mi interior. Pero esa no es la solución. Por lo menos a mí no me ha funcionado nunca.

Pero he encontrado una explicación para todo esto. Una de las cosas que he aprendido últimamente es que la mente consciente está para avisarnos de posibles peligros y problemas. Por una serie de circunstancias, que mi cerebro ha ido archivando a lo largo de mi vida, ha llegado a la conclusión de que a partir de septiembre me van a acechar muchos peligros y, es por ello, que envía la orden de que se segreguen un montón de sustancias dentro de mi cuerpo, que hacen que me ponga en "modo alerta". Simplemente y llanamente es eso, estoy en una alerta continua. Los cerebros de otras personas han interpretado esta etapa como algo lleno de oportunidades nuevas y experiencias placenteras, para ellos la vuelta al cole es algo positivo, por eso cargan las pilas en las vacaciones y comienzan con buenas expectativas lo que está por venir.

Saber esto cambia las cosas, ya no es algo que está en mi y no me puedo quitar, es algo que puedo transformar. Ahora entiendo que esa sensación, que me agobiaba, es la interpretación equivocada de mi cerebro. Ahora comprendo a mi cuerpo mucho mejor, por eso ya no lucho contra ello, si no todo lo contrario, lo acepto. Deducciones equivocadas y malas experiencias le han llevado a mi cerebro a interpretar mal la realidad, ¡pobrecito, con el empeño que pone en hacerlo bien y tratar de mantenerme a salvo! Ya no le veo como el enemigo que hace que sufra, si no como el amigo que se ha equivocado. Le doy las gracias por todo lo que hace por mí, le arropo como a un niño que se despierta con miedo por la noche, y la sensación en el estómago parece distinta, no es mala, simplemente está ahí. Ahora puedo empezar de cero con mi cerebro y enseñarle cómo quiero interpretar mi realidad.






2 comentarios:

  1. Espero que haya sido más placentera entonces. Comprender lo que nos pasa siempre es profundamente liberador :) Un besote grande!!

    ResponderEliminar